Trastornos del habla

Aquí encontrarás información sobre la dislalia, la disglosia, disartria, dispraxia verbal, trastornos de la comunicación social (pragmática) y tel. Además, dentro de los trastornos la fluidez del habla veremos la tartamudez en adultos o disfemia, la taquilalia o taquifemia, la bradilalia o bradifemia y el farfulleo.

 

  • Disartria

La disartria es un trastorno neuromuscular que afecta la capacidad de una persona para articular palabras y producir un habla clara y fluida. Esta condición es causada por daño o disfunción en los músculos que controlan la fonación, la resonancia, la articulación y la prosodia, los cuales son componentes esenciales del habla. Las personas con disartria pueden experimentar dificultades en varios aspectos del habla, y los síntomas pueden variar según la gravedad y la ubicación del daño neuromuscular. Algunos de los síntomas comunes de la disartria incluyen:

  1. Dificultades en la articulación:
  • Problemas para pronunciar palabras de manera clara y precisa.
  • Sonidos distorsionados o difíciles de entender.
  1. Problemas en la fonación:
  • Cambios en la calidad de la voz, como voz débil, ronca o entrecortada.
  • Dificultad para controlar el volumen y la intensidad vocal.
  1. Alteraciones en la resonancia:
  • Cambios en la resonancia vocal, que pueden hacer que el habla suene nasal o apagada.
  1. Dificultades en la prosodia:
  • Problemas con el ritmo, la entonación y el énfasis adecuados en las palabras y frases.
  • Dificultad para expresar emociones a través del habla.
  1. Fatiga vocal:
  • Agotamiento o debilidad en los músculos vocales después de períodos cortos de habla.
  1. Problemas en la masticación y la deglución:
  • La disartria puede afectar los músculos involucrados en la masticación y la deglución, lo que puede llevar a dificultades en estas funciones.
  1. Movimientos faciales limitados:
  • Pérdida de control en los músculos faciales, lo que puede afectar la expresión facial y la capacidad para realizar movimientos finos de la boca y los labios.

 La disartria puede ser causada por diversas condiciones, como accidentes cerebrovasculares, traumatismos cerebrales, enfermedades neurodegenerativas (como la enfermedad de Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica -ELA-), y lesiones en los nervios craneales. El

El tratamiento de la disartria a través de la logopedia se centra en mejorar la función y la comunicación oral de la persona afectada. El logopeda, o terapeuta del habla y lenguaje, trabaja en colaboración con el individuo para diseñar un plan de tratamiento personalizado. Aquí se describen algunas estrategias y enfoques comunes utilizados en la logopedia para tratar la disartria:

  1. Evaluación inicial: Antes de comenzar el tratamiento, se realiza una evaluación exhaustiva para identificar los síntomas específicos de la disartria y determinar su gravedad. Esto ayuda a establecer metas terapéuticas claras y adaptar la intervención a las necesidades individuales.
  1. Ejercicios de fortalecimiento y coordinación muscular: Se implementan ejercicios específicos para fortalecer y mejorar la coordinación de los músculos responsables de la fonación, la articulación y la resonancia. Esto puede incluir actividades para trabajar la fuerza de los músculos faciales y de la lengua.
  1. Ejercicios de articulación: Se practican ejercicios diseñados para mejorar la articulación de sonidos y palabras. Esto puede incluir la repetición de palabras específicas, trabajando en la claridad y precisión de la pronunciación.
  1. Entrenamiento de la respiración y el soporte vocal: Se realizan ejercicios para mejorar la respiración y el control del flujo de aire, lo que puede influir en la calidad vocal y la proyección del habla.
  1. Práctica de la prosodia y entonación: Se trabajan ejercicios para mejorar la entonación, el ritmo y el énfasis adecuados en las frases, aspectos importantes para la expresividad y la comprensión del mensaje.
  1. Uso de ayudas tecnológicas y dispositivos de asistencia: En algunos casos, se pueden utilizar dispositivos de comunicación asistida para apoyar la producción vocal. Estos dispositivos pueden incluir sistemas de comunicación aumentativa y alternativa (CAA) que permiten a la persona comunicarse de manera más efectiva.
  1. Adaptación del entorno de comunicación: Se ofrecen estrategias para adaptar el entorno de comunicación, como reducir el ruido de fondo, asegurar una buena iluminación y proporcionar apoyos visuales.
  1. Entrenamiento en estrategias de compensación: Se enseñan técnicas y estrategias para superar las dificultades en la comunicación diaria, como el uso de gestos, expresiones faciales y otros apoyos visuales.
  1. Terapia de conversación: Se practica la comunicación en situaciones prácticas y cotidianas, permitiendo la aplicación de las habilidades aprendidas en contextos reales.

 Es fundamental que el tratamiento sea personalizado y adaptado a las necesidades específicas de cada persona con disartria. La participación activa del individuo y, en algunos casos, de familiares o cuidadores, es clave para el éxito del tratamiento a largo plazo. La logopedia para la disartria es un proceso continuo, y la paciencia y la consistencia son esenciales para lograr mejoras significativas en la comunicación.

  • Disglosia

La disglosia es un trastorno del habla que se caracteriza por dificultades en la articulación de los sonidos del habla debido a anomalías o alteraciones en los órganos motores responsables de la producción del sonido, como la lengua, los labios, el paladar, la mandíbula y la laringe. Estas alteraciones en los órganos motores pueden deberse a malformaciones congénitas, lesiones, parálisis o trastornos neuromusculares.

A diferencia de la disartria, que afecta la fuerza y coordinación de los músculos responsables del habla debido a problemas neuromusculares, la disglosia se centra en las anomalías estructurales de los órganos motores. La disglosia puede afectar la articulación, la resonancia, la prosodia y otros aspectos de la producción del habla.

Algunos ejemplos de disglosia incluyen:

  1. Labio leporino o paladar hendido: Anomalía en la cual hay una abertura en el labio superior, el paladar o ambos. Esto puede afectar la articulación de los sonidos del habla.
  2. Malformaciones maxilofaciales: Anomalías en la estructura de la mandíbula, el paladar o la lengua que pueden afectar la articulación y la resonancia del habla.
  3. Parálisis facial: La parálisis de los músculos faciales puede afectar la movilidad de los labios y la lengua, impactando la articulación y la expresión facial.
  4. Trastornos neuromusculares: Algunas condiciones neuromusculares pueden causar debilidad o alteraciones en los músculos responsables del habla.

La terapia se adapta según la naturaleza y la gravedad de la disglosia, y puede incluir ejercicios específicos para mejorar la coordinación y la fuerza de los músculos afectados, así como técnicas para corregir patrones articulatorios y mejorar la inteligibilidad del habla. En algunos casos, se pueden requerir intervenciones quirúrgicas o dispositivos de asistencia para abordar las anomalías estructurales subyacentes.

La terapia miofuncional es un enfoque de tratamiento utilizado para corregir disfunciones orofaciales, es decir, problemas relacionados con los músculos y las funciones orales, incluyendo la lengua, los labios, la mandíbula y el paladar. Estas disfunciones pueden afectar la respiración, la deglución, el habla y otras funciones orales. La terapia miofuncional busca normalizar el tono y la función de los músculos orofaciales para mejorar la salud y la eficiencia de estas funciones.

Aquí hay algunos aspectos clave de la terapia miofuncional para rehabilitar disfunciones orofaciales:

Los objetivos de la terapia miofuncional varían según las necesidades y las disfunciones orofaciales específicas de cada individuo. Estos objetivos se establecen en colaboración con el paciente (o sus padres, en el caso de niños) y se diseñan para abordar los problemas musculares y funcionales relacionados con la lengua, los labios, la mandíbula y otras estructuras orofaciales. Aquí hay algunos objetivos comunes de la terapia miofuncional:

  1. Normalizar la función muscular: Mejorar el tono muscular y la coordinación de los músculos orofaciales para que realicen sus funciones de manera eficiente y sin esfuerzo excesivo.
  1. Fortalecer los músculos de la lengua: Realizar ejercicios específicos para fortalecer los músculos de la lengua, mejorando así la capacidad de controlar los movimientos lingüísticos durante funciones como la deglución y el habla.
  1. Mejorar la movilidad de los labios: Trabajar en ejercicios para mejorar la movilidad y la fuerza de los músculos labiales, contribuyendo así a una mayor articulación y expresividad facial.

4.Corregir la postura y alineación de la mandíbula: Enfocarse en ejercicios que contribuyan a una alineación adecuada de la mandíbula y corrijan problemas posturales que puedan afectar las funciones orales.

  1. Corregir patrones de respiración inadecuados: Enseñar técnicas de respiración adecuadas para mejorar la función respiratoria y garantizar una coordinación adecuada con otras funciones orofaciales.
  1. Eliminar hábitos orales perjudiciales: Abordar y corregir hábitos orales inadecuados que puedan contribuir a las disfunciones orofaciales, como succión del pulgar, succión del dedo o morderse las uñas.
  1. Mejorar la coordinación de la deglución: Realizar ejercicios que mejoren la coordinación y la eficiencia de la deglución, especialmente en casos de deglución atípica.
  1. Aumentar la conciencia de las funciones orofaciales: Fomentar la conciencia del paciente sobre la importancia de las funciones orofaciales y cómo los ejercicios contribuyen a una mejora en la salud y la eficacia del habla y la deglución.
  1. Promover la independencia del paciente: Capacitar al paciente para realizar los ejercicios de manera independiente y mantener prácticas saludables en su rutina diaria.

    10.Mejorar la inteligibilidad del habla: Trabajar en la articulación, la resonancia y la prosodia para mejorar la claridad y la inteligibilidad del habla.

 Es importante destacar que estos objetivos son adaptados a las necesidades individuales de cada persona que busca terapia miofuncional. La terapia es un proceso colaborativo y se ajusta según el progreso del paciente a lo largo del tiempo.

 

  • Disfemia

La disfemia, también conocida como tartamudez, es un trastorno del habla caracterizado por interrupciones involuntarias en el flujo normal del habla. Estas interrupciones pueden manifestarse de diferentes maneras, como repeticiones de sonidos o sílabas, bloqueos en la producción del habla, prolongaciones excesivas de sonidos y pausas no naturales. La disfemia puede afectar a personas de todas las edades y se manifiesta de manera variable en términos de gravedad y patrones específicos. Algunos de los síntomas comunes de la disfemia incluyen:

  1. Repeticiones de sonidos o sílabas: Pueden ser repeticiones de sonidos iniciales, medios o finales de palabras o sílabas.
  2. Bloqueos: Se experimenta una dificultad para iniciar o continuar con el habla, a menudo acompañada por tensión muscular.
  3. Prolongaciones excesivas: Algunos sonidos o sílabas se extienden más de lo normal, dando la impresión de que la persona está atascada en una palabra o frase.
  4. Interjecciones y palabras de relleno: Uso de palabras como «uh», «um» o «eh» para llenar las pausas y compensar las dificultades en la fluidez del habla.
  5. Tensión física y movimientos asociados: Pueden ocurrir tensiones musculares en la cara, cuello o manos durante los episodios de disfemia. Algunas personas también pueden desarrollar movimientos asociados, como parpadeo excesivo o gestos corporales.

La tartamudez puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana y afectar la comunicación y la autoestima de las personas que la experimentan. La causa exacta de la disfemia no se conoce con certeza, pero se cree que hay factores genéticos, neurobiológicos y ambientales que pueden contribuir al desarrollo de este trastorno del habla.

El tratamiento de la disfemia puede incluir enfoques terapéuticos, como la terapia del habla y lenguaje, que se centra en mejorar la fluidez del habla y abordar aspectos emocionales asociados con el trastorno. La terapia puede ayudar a las personas a desarrollar estrategias para reducir la frecuencia de las interrupciones y mejorar la confianza en la comunicación. Además, en algunos casos, se pueden utilizar otras estrategias, como técnicas de relajación y apoyo psicológico.

Es importante tener en cuenta que la tartamudez es una condición que varía entre las personas, y lo que funciona para una persona puede no ser igualmente eficaz para otra. La intervención temprana y el apoyo continuo son fundamentales para abordar la disfemia y ayudar a las personas a desarrollar habilidades de comunicación más fluidas.

 

 

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