Logopeda María Soledad Angulo
La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes de vida y a partir de ese momento deberían comenzar con la complementación de alimentos. Es decir que la leche continua siendo su principal alimento del bebe, pero deberíamos de introducir vegetales, carnes y frutas. En general muchos bebes, escupen las primeras veces los pures o se manchan muchísimo porque tiene más comida fuera de la boca que dentro. Pero hay veces que eso continua y el pequeño se niega a tomar más puré o incluso sólidos. Esto genera preocupación, ansiedad y estrés a los padre, pero tenemos que fijarnos porque el pequeño no quiere comer, puede ser que haya comido mucho anteriormente o incluso que haya comido un trozo de pan antes; pero ¿ porque hay pequeños que se niegan a comer sólidos?
- Lo primero de todo es descartar alergias y problemas de intolerancias.
- Rechazo selectivo (picky eaters): el fenómeno más frecuente, se estima que en torno al 20% pasan por esta fase. El niño rechaza aquellos alimentos cuyo sabor y/o textura no le agradan (verduras, por ejemplo) y lo compensa con la ingesta de otros más “cómodos” para él.
- La introducción de nuevos alimentos
- Puede ser que el mero hecho de sentarse delante de un plato le estrese.
- Porque le hayas puesto ese mismo plato con anterioridad y se haya negado a ingerirlo anteriormente.
- A veces hacemos menús a medidas u otros menús cuando la familia está comiendo otra cosa.
- Porque ponemos distractores como tele, Tablet y móvil y están distraídos y no comen bien.
- Porque presenta problemas para tolerar alimentos como niños TEA, que tardan más en adquirir los alimentos sólidos y en tolerarlos.
- Hiperselectividad de los alimentos: porque muestran referencias por algunos alimentos y siempre les compramos esos y le damos esos.
- Hipersensibilidad a los estímulos: hay niños que tienen más sensibilidad a estimulos olfativos y gustativos, a temperaturas y a texturas, como muchos niños TEA que rechazan por la textura granulosa o por el color.
Nuestra primera recomendación es que ¡tengas paciencia!
Sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo, pero muchas veces lo único que necesitan nuestros hijos de nosotros es paciencia. Cada niño tiene sus tiempos, sus miedos, sus procesos y como padres es nuestro trabajo acompañarlos, guiarles y sostenerles. Por supuesto, existen algunos truquillos que puedes intentar para ayudar a tu hijo a incorporar los alimentos sólidos a su dieta:
- Evita los cambios bruscos: si tu hijo ha rechazado los trozos de plano, vuelve a darle purés. La idea es que vayas espesándole los purés poco a poco para que el pequeño se acostumbre a diferentes texturas.
- Deja que coja comida de tu plato: siempre y cuando no sea peligroso, déjale tomar comida de tu plato. La curiosidad es el primer paso para que incorpore alimentos sólidos.
- Dale alimentos pisados con tenedor: el plátano suele gustar a todos los pequeños. Písalo con un tenedor y ofrécelo a tu hijo.
- Permite que coma con las manos: ensuciarse hace bien ¡y a los niños les encanta! Deja la enseñanza del uso de tenedores y servilletas para más adelante, por el momento permítele que coja la comida con las manos y experimente con ella.
- Dale purés… y trozos: prepara su puré de siempre y pon también en la mesa algunos trocitos a su alcance.
- Come con él: dar el ejemplo es siempre muy importante. Si tu hijo te ve masticar y comer, probablemente sienta curiosidad y desee probar lo que tú degustas. Prueba a hacer comentarios sobre lo buena que está tu comida, pero evita ofrecerle para que no se sienta presionado. La idea es despertar su curiosidad y lograr que te imite.
- Intenta camuflar los alimentos con otro color.
- No le engañes ni fuerces, para no crear tensión.
- Habla con él, cómelo tu y que copie lo que tú haces.
Recuerda que no debes forzar a tu hijo a comer, sino guiarle para que acepte las nuevas texturas y nuevos alimentos.