Terapeuta Ocupacional Estefanía Espejo
Alimentarse es una de las principales ocupaciones (y actividad básica) del niño. La alimentación es un proceso placentero que se desarrolla en numerosos entornos y varias veces al día. Además, dota al niño de experiencias motrices, sensoriales, emocionales y de interacción.
Puede verse alterada por numerosos factores y convertirse en un momento desagradable del día, tanto para el niño como para su familia. Es frecuente encontrar dificultades de alimentación como:
- El rechazo o preferencia por ciertas texturas, sabores, olores, colores, temperaturas o formas
- Negación a probar alimentos nuevos
- Preferencia por ciertas marcas
- Problemas de conducta (conducta de pica, escupir, tirar o tocar el alimento, comer de pie, inflexibilidad ante cambios del entorno)
- No masticar
Una intervención temprana es fundamental debiendo ser individualizada, teniendo en cuenta las habilidades y necesidades particulares de cada niño.
Algunas de las estrategias que seguiremos durante la intervención serán:
- La creación de ambientes agradables durante las comidas: controlando y adecuando el entorno a las características de cada niño.
- La creación de rutinas de alimentación: fijar un lugar para que el niño se siente, mantenerlo sentado durante el tiempo completo de la comida, retirar su plato al final de la comida…
- Anticipar al niño de lo que va a suceder mediante apoyos visuales o verbales: nos servirá para reducir la ansiedad que le puede generar el cambio en sus hábitos de alimentación.
- Tener en cuenta las cantidades que ponemos en el plato: ajustándolas a lo esperable en cada situación.
Consejos y recomendaciones en casa:
- Tratar de engañar al niño mezclando distintas comidas no es aconsejable, pues lo único que podemos conseguir es que deje de comer alimentos que ya comía previamente.
- Debemos el mismo alimento una y otra vez en diferentes momentos del día hasta que lo acepte.
- Durante el periodo de tiempo que dura la intervención es importante no solo el trabajo en clínica, sino también la comunicación con las familias y con el entorno más inmediato del niño. Seguir las mismas pautas en los entornos del niño (domicilio familiar/centro escolar) potenciará la generalización de los aprendizajes a los diferentes contextos.